Actualmente, el mundo se encuentra en un proceso de transición hacia el futuro en el cual la innovación será clave para generar valor en los diferentes sectores productivos. Uno de los principales desafíos es buscar tecnologías más limpias y nuevos modelos de negocio que ayuden a mitigar el impacto ambiental e igualmente optimizar la operación de sectores industriales con resultados a corto y mediano plazo que permitan cumplir con las metas de sostenibilidad del mundo.
La “Transición Energética” hace referencia a una nueva cultura de la gestión de la energía enfocada en fortalecer la energía renovable, la eficiencia energética y el desarrollo sostenible de las empresas y ciudades. Sus pilares, la electrificación, digitalización y descarbonización, tienen como objetivos tener un mejor control en los consumos energéticos, mayor eficiencia, disminución de emisiones, complementariedad de fuentes de energía, accesos al servicio de energía a menores costos y ciberseguridad. Temáticas que hoy están siendo impulsadas por el Consejo Mundial de Energía dada su pertinencia y relevancia ante desafíos como el calentamiento global. Pero ¿cómo se están preparando las empresas para la apropiación e implementación de esta cultura?
Por otro lado, el mundo está hoy experimentando una nueva ola de avances tecnológicos que se enmarcan en lo que conocemos como Industria 4.0. Su objetivo es alcanzar el concepto de Industria Inteligente con características de eficiencia, seguridad y competitividad implementando tecnologías como Inteligencia Artificial, Blockchain e IoT. Ahora bien, ¿Cuál es el aporte de la Industria 4.0 en la transición energética?
El sector energético es una pieza clave para los diferentes sectores económicos, y de ahí radica la importancia de tener un control y una buena administración de este recurso con el objetivo de impulsar la competitividad en las organizaciones, ya que incluso en algunos casos la energía puede representar hasta el 50% de los costos de producción.
Generalmente las empresas, específicamente en el área de operación y mantenimiento de sus activos industriales, no disponen del tiempo y las herramientas necesarias para analizar a fondo sus datos, no cuentan con puntos de comparación ni historial que permitan identificar oportunidades con potenciales de ahorro, modos operacionales óptimos u anomalías en sus activos industriales.
Es ahí donde entra la Industria 4.0 con herramientas como IoT, IA & Big Data que permiten extraer, almacenar y analizar grandes volúmenes de datos en los cuales identificar oportunidades de ahorro por medio de la analítica disminuyendo el consumo energético y al mismo tiempo la huella de carbono; acciones que están alineadas con la transición energética en los pilares de la digitalización y la descarbonización. Se ha comprobado que solo con la gestión apropiada de datos (captura, procesamiento y análisis) se pueden alcanzar ahorros en consumo energético entre el 4% y 8% y así mismo reducciones CO2 en las mismas proporciones.
La industria necesita ir de la mano con los avances tecnológicos y la analítica para garantizar mantener una competitividad en el mercado y contribuir con los objetivos de la transición energética. Esta combinación le permitirá aumentar la productividad, teniendo menores costos, optimizando y administrando de manera eficiente sus recursos energéticos y teniendo un impacto ambiental reducido el cual contribuye con la construcción de un mundo más sostenible.
Autor: María Alejandra Osorio – Ingeniera de Energía en Uptime Analytics